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m�s.
Los campos de gravedad internos mantuvieron el peso constante, pero no imped�an ni
las repetidas sacudidas ni el ruido creciente y enloquecedor. Atontado hizo lo m�s
esencial en el pilotaje la integración de todo aquel intrincado sistema que era la nave
mientras el equipo esperaba para tomar las decisiones importantes. Forzando la vista en
las pantallas y los medidores, intentando sacar algo en limpio del caos que rug�a a su
alrededor, Falkayn oyó al computador entre alaridos, rugidos, silbidos y chasquidos.
Los cielos claros sobre el punto subestelar y en los mediod�as tropicales prevalecen,
como de costumbre. Pero esto a�n es seguido por un tiempo violento, con la velocidad del
viento por encima de los quinientos kilómetros por hora y en ascensión diaria. Entre
par�ntesis, advierto que resultar�a peligroso penetrar ya en un territorio meteorológico
semejante y que, en cualquier momento, podr�a hacerse imposible incluso para la nave
mejor equipada. Las condiciones en las regiones polares son m�s o menos las
observadas previamente. El ant�rtico est� cubierto por fuertes lluvias, con frecuentes
superborrascas. El continente polar norte contin�a comparativamente fr�o; por tanto, un
frente fr�o que se mueve hacia el sur preserva un grado de tranquilidad atmosf�rica a sus
espaldas. Sugiero que hagamos contacto con la superficie ligeramente por debajo del
c�rculo �rtico, unos cuantos minutos antes de la l�nea de la aurora, sobre una zona del
mayor de los continentes del norte que parece libre de inundaciones y, a juzgar por los
datos tectónicos, es probable que permanezca estable.
De acuerdo dijo Chee Lan . Escógelo t�. Sólo que no dejes que los instrumentos
sobrecarguen tus circuitos lógicos. Supongo que te est�n pasando información a una
velocidad fant�stica. No te molestes en procesarla y evaluarla ahora mismo. �Arch�vala en
tu memoria y conc�ntrate en descendernos en forma segura!
Una interpretación continuada es necesaria, s� tengo que descender a un ambiente
desconocido como �ste y conducirnos a trav�s de �l contestó Atontado . No obstante,
ya estoy retrasando la consideración de hechos que no parecen tener un significado
inmediato, tales como los espectros reflejados por diversos tipos de campos de hielo. Es
digno de tener en cuenta que...
Falkayn no oyó el resto. Un bombardeo de truenos le dejó medio sordo durante unos
minutos.
Y atravesaron una salvaje blancura, nieve de alg�n tipo empujada por un viento que
hac�a balancearse a la nave. Despu�s se encontraron en algo que por contraste parec�a
ser una completa paz. Era de noche y estaba muy oscuro. Unos rayos rastreadores
permitieron ver la imagen de una tierra abrupta mientras la nave volaba con sus propios e
inorg�nicos sentidos. Y aterrizaron.
Falkayn se balanceó un momento en su asiento, simplemente respirando.
Corta los campos dijo, y se desabrochó. El cambio al peso planetario no fue
brusco, pues estaba dentro del cinco por ciento del de la Tierra y se hallaba
acostumbrado a diferencias mayores. Pero el silencio le vibraba en los o�dos. Se puso en
pie, relajando la tensión de sus m�sculos antes de mirar de nuevo las pantallas.
Alrededor de la nave se extend�a un terreno rudo y cubierto de cr�teres, de roca
oscura. Al norte y al este se alzaban enhiestas unas monta�as. Las primeras comenzaban
a no m�s de cuatro kilómetros de distancia, como una altura coronada de riscos y veteada
con el blanco de los glaciares. El paisaje era iluminado por las estrellas, puesto que los
viajeros hab�an pasado bajo las nubes que se ve�an, negras, hacia el sur. Unas
constelaciones extra�as brillaban claramente, sin moverse a trav�s del aire invernal. A
menudo los meteoros marcaban su paso entre ellas; como otros soles gigantes y
est�riles, Beta Crucis estaba rodeada por desechos cósmicos. La aurora bailaba
gloriosamente sobre los acantilados, y el primer resplandor de la ma�ana sub�a hacia los
cielos por el sur. Falkayn examinó los medidores exteriores. La atmósfera no era
respirable: CO, CO2, CH4, NH4, H2S, y cosas as�. Hab�a un poco de ox�geno,
desprendido de las mol�culas de agua debido a la irradiación solar, retenido y sin haberse
vuelto a combinar todav�a con los otros elementos, mientras que el hidrógeno m�s ligero
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